jueves, 18 de septiembre de 2008

Poema para una mujer que ama I

Que difícil la distancia
de tus manos dormidas,
que difícil cuando el sentimiento
se va quitando la vida,
y la respiración triturada
solloza en la esquina de la noche,
que difícil los pedazos de sudores fríos
que se van con la resignación
que vuela como sombra de pájaro.


Que difícil lo que uno quiere amar:
una mariposa desenfrenada
que muere en marzo,
una mujer que enciende el silencio
y luego se va por el espejo
de su amor enamorado.


Somos tantos querida mariposa,
que con un poco de tus besos
se muere el espíritu
y el corazón doliente
deja de latir en paz.


Despréndeme con el dedo en el corazón
la poesía de tu belleza,
para que ya no me duela,
para que ya no te llame
cuando este paralizado
por el alfiler enamorado
en mi respiración indefensa.


Quiero cerrar los ojos
En tu extraña claridad
Y arrodillarme en el mar de tu voz
Como una nube pasajera-


Yo soy el temblor
entre tus labios y el amor.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Incluso los intersticios de este poema están plagados de belleza y aroma a yerbabuena ¡Gracias!

Unknown dijo...

Incluso los intersticios de este poema están plagados de belleza y aroma a yerbabuena ¡Gracias!